
En 1817 el joven novelista francés Stendhal visitó la ciudad de Florencia.
Nada le habia preparado para la culminación de tanta belleza... Entró en la momumental iglesia de la Santa Croce y de repente se sitió aturdido, sufrió una ligera desorientación, palpitaciones, una intensa sensación de falta de aire... y tuvo que salir.